lunes, 13 de abril de 2015

¿Soy yo el responsable?

Buenos días gente!!!
Le pido a Cristo Jesus que siga bendiciendo sus vidas, sus proyectos, sus alacenas y que todo lo que hagan y toquen sea prosperado por el poder amoroso de nuestro Padre Dios.
 
Pues bien, entremos en materia. Hoy pretendo hablar (escribir en realidad) acerca de la responsabilidad, pero deseo dejar muy en claro que no me interesa tratar el tema desde el punto de vista conceptual, sino de la importancia y hasta dicha, me atrevería yo a decir, de lo que implica a nivel personal asumir la responsabilidad en nuestras vidas.
 
¿Por qué resulta importante y beneficioso asumir la responsabilidad en nuestras vidas? Muy simple, el hecho de movernos de lugar y pararnos desde la responsabilidad para hacernos cargo de nuestras vidas, es la única manera que existe de tomar las riendas de nuestro existir; es la única manera que tenemos para transformar nuestras vidas de un velero que lleva el viento, a un barco cuyo timón está en nuestras manos.
 
Yo no se quién de ustedes se encuentre en una situación en la que su vida se asemeja más a un velero que a un barco con timón, pero si ese fuera tu caso, esta reflexión puede interesarte.
 
Todo en la vida es una decisión y la responsabilidad no se escapa de esta ley, así que, a reserva de su valiosa opinión, creo firmemente que la mejor manera de hacernos cargo de nuestras vidas es movernos de lugar y elegir traer a la parte consciente todas y cada una de las áreas dónde la responsabilidad implique un impacto en la estabilidad de nuestras vidas, traer a la parte consciente todas las áreas donde la responsabilidad impacte en nuestra armonía y nuestra paz interior (que a la larga, no es más que la paz de Dios).
 
Estos últimos días he meditado al respecto y he leído cosas que mis hermanos han compartido, especialmente Miguel y Lupe, y llegué a la conclusión de que (a título personal, tú busca tus propias áreas) las áreas de mi vida que haré conscientes en cuanto a la responsabilidad se refiere son cuatro: Acciones, pensamientos, palabras y emociones.
 
Así que hoy por hoy elijo hacerme responsable de lo que digo, hago, siento y pienso.
 
Ustedes podrán decir: "Puedo hacerme responsable de lo que hago, digo y pienso, ¿Pero de lo que siento?" ¡Ojo! Yo lo entiendo, porque lo que digo, hago y pienso son elecciones evidentemente mías, sin embargo. las emociones no elijo experimentarlas, estas surgen como reacción a "algo" que vivimos o incluso pensamos, ¡Pero! y este es el gran "pero", SÍ puedo hacerme responsable de dominarme mientras las experimento.
 
¿A qué me refiero? Me refiero al hecho de que si alguien logró hacerme rabiar, como humano no debo reprimir mi rabia, pero si puedo elegir lo que hago mientras siento esa rabia. No porque el vecino estacione su carro frente a mi casa, puedo salir como un energúmeno a exigirle que se quite de ahí.
 
Hoy, yo elijo ser responsable de mis emociones y dominarme mientras las experimento, en lugar de permitir que ellas me dominen a mí.
 
Buenos "tips" en relación a lo anterior son estos dos:
  1. Cuando estés enojado, no decidas.
  2. Cuando estés alegre, no prometas.
jajajajajajaja
Estos se los robé a Martín Valverde en una prédica que le escuché hace tiempo, pero aplican!!!
 
Pues bien, después de semejante rollo, los dejo, no sin antes desearles (como siempre) que esta reflexión sea de bendicion en sus vidas.
 
Ah, perdón, se me pasaba compartir esto.
Algunas personas confunden aceptar las consecuencias de sus actos con el hecho de ser responsables por sus decisiones, y eso mi querido amigo no es así.
 
Un cosa es hacerte cargo de las consecuencias de tus actos, palabras o pensamientos, y otra muy diferente, es ser responsable de lo que hago, digo, pienso y siento; para ser responsable, tengo que estar dispuesto a PENSAR Y ELEGIR CONSCIENTEMENTE si lo que pretendo decir, hacer y/o pensar es conveniente y beneficioso para mí o mi entorno.
 
Ahí se las dejo chavos.
 
 
 
JulioOchoaMX
El Mundo Según Yo.
 
 

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