lunes, 21 de septiembre de 2015

En nuestros tiempos, la espiritualidad no alcanza.


En nuestros tiempos, la espiritualidad no alcanza. 
Estoy citando a mi párroco que con esta frase culminó su homilía del día de ayer. Lo escuché y me dio tanto gusto saber que tenemos la misma idea al respecto.
 




 

La dualidad del ser humano.

Juan Pablo II decía que el ser humano es un ser maravilloso porque es un ser espiritual inmerso en un mundo material; y a pesar de ello, abriga deseos y aspiraciones espirituales.
 
La naturaleza dual de nuestro ser y el hecho de vivir en este mundo material, puede llegar a confundir nuestra esencia. Me refiero a que podemos llegar a creer que somos entes materiales con espíritu; cuando la verdad de las cosas es que somos espíritu en un cuerpo, teniendo y viviendo experiencias humanas.

La frase que le da título a esta publicación: "En nuestros tiempos, la espiritualidad no alcanza.", Alfredo la utilizó como conclusión de su homilía, sin embargo, fue bastante enfático al aclarar que lo que hace falta para complementar lo que demandan "nuestros tiempos" es ¡Pensar!

El dijo, y lo cito: "Desarrollamos mucho nuestras virtudes espirituales, pero es necesario aprender a pensar, ser críticos con las cosas que escuchamos o leemos".  Yo añadiría: "...y también con las cosas que decimos o escribimos.".

Se que esa frase, a más de uno, le resultará más que escandalosa (sobre todo viniendo de un sacerdote) pero lo cierto es que la virtud humana del pensamiento es algo que necesitamos desarrollar y necesitamos hacerlo en urgencia.

Si aun no te cae el "veinte", míralo de esta forma. ¿Cuánta gente va por la vida haciendo lo que hace, sin detenerse a pensar si es conveniente continuar haciéndolo? O peor aun, sin ni siquiera preguntarse si se siente a gusto con lo que hace.

¿Cuánta gente, trabaja porque hay qué hacerlo? sin preguntarse si hace lo que le gustaría hacer para sobrevivir; ¿Cuánta gente se casa, sin detenerse a pensar lo que eso implica? ¡Y lo hace basando su decisión en emisiones! Necesitamos aprender ser críticos.

Ahora bien, por el amor de Dios, no me mal interpreten, cuando digo "ser críticos" no me refiero a ir por la vida criticando todo y a todos sin "ton ni son"; me refiero a que de cada experiencia, formemos criterios que nos lleven a vivir cada momento asumiendo la responsabilidad de ser mejores personas cada vez y que las aportaciones que hagamos a nuestro entorno sean de mayor calidad.

Lo cierto, es que en "nuestros tiempos", vivir una vida responsable y sensata demanda mucho más que espiritualidad y pensamiento critico; pero seamos honestos, cobrar conciencia de nuestra espiritualidad y aprender a formarnos buenos criterios es un buen inicio, uno muy bueno diría yo.




Que Dios te bendiga.



JulioOchoaMX
El mundo según yo