viernes, 13 de marzo de 2015

Libertad, responsabilidad y conciencia

No basta que el hombre diga: Soy libre, debe aprender a decir: Soy responsable. 

Estoy citando a Juan Pablo II, un santo de nuestros tiempos.
Me gusta mucho pensar en él cuando reflexiono porque me permite recordar que la santidad es un estilo de vida y por tanto alcanzable.
 

Ser Libre.

La libertad es algo que las personas siempre hemos buscado, la deseamos, la anhelamos; pero no es un deseo vano, es instinto. En el fondo nuestra conciencia nos grita que fuimos creados libres y, al no sentirnos así, la buscamos desesperadamente.
 
Nuestra naturaleza nos dice desde lo más profundo de nuestro ser qué es la libertad, la percibimos de manera natural; lo trágico es la abismal diferencia entre cómo la percibimos y cómo la vivimos.
 
No me meteré en líos intentando definir la libertad porque imagino que cada quien tiene su definición, lo único que diré es que en todo caso sea cual sea tu definición de libertad, esta debe hacerte sentir paz y armonía interior, si no es así, una de dos; o no has alcanzado tu definición de libertad, o la alcanzaste pero tu definición es errónea.
 
San Pablo le dijo a los Corintios: Todo me está permitido, pero no todo me conviene; todo me está permitido pero no me haré esclavo de nada.
 
San Pablo era un tipazo!!!
No te decía qué hacer, te invitaba a pensar y a elegir. El entendía perfecto el concepto de libertad en el contexto de la humanidad completa.
 
La causa de la libertad del hombre, su libertad de conciencia es una gran causa humana (pensaba Juan Pablo II). Así que, por supuesto que debemos alcanzar nuestra libertad, haz lo que tengas que hacer para lograrlo, solo te pido un favor, no te confundas.
 
Ser libre no implica hacer lo que te place, no significa ir por la vida pensando y actuando como si solo tú importaras. Hace tiempo escuche a una persona muy sabia decir: Mi libertad termina donde inicia el derecho de otros a vivir en paz y armonía.
 
Al asunto de la libertad es que viene en paquete. No hay libertad sin responsabilidad.
 
 
 

Ser responsable.

Nunca alcanzaremos la libertad si antes no logramos un nivel serio de responsabilidad de vida.
 
Y la única forma seria de ser responsable es adoptar el bienestar ajeno como si fuera propio, y eso puede llegar a significar dolor y sacrificios, pero es la única forma seria de ser responsables.
 
Si para alcanzar mi libertad debo asumir el bienestar ajeno como propio, necesito comenzar por entender que ser libre, es decir, vivir en paz y armonía interior, no depende de nada ni de nadie, solamente de mi.
 
Por eso decía San Pablo: Todo me está permitido, pero no todo me conviene; todo me está permitido, pero no me haré esclavo de nada. Ahí está la responsabilidad que me llevará a la libertad.
 
El límite de lo que hago o lo que digo lo determina la conveniencia de mis acciones o mis palabras. ¿Lo que hago o digo es conveniente para mi o mi entorno?
 
No intento decirte cómo ser responsable, solo aspiro a compartir mis pensamientos contigo.
 

 

Ser consciente.

La conciencia juega un papel muy importante en todo esto, de hecho es la que le da sentido a la libertad y la responsabilidad humana.
 
¿De qué sirve ser responsable y libre, si no para vivir en paz y armonía interior? ¡Vivir! Vivir es la clave de la conciencia.
 
Muchos nos concentramos en el derecho a vivir. Decimos que todos tenemos derecho a la vida, pero pocos nos detenemos a pensar en la obligación de vivir nuestras vidas de una manera productiva, propositiva.
 
Cobrar conciencia de nuestro momento, y nuestro momento es este. Nunca fuiste mas fuerte que ahora, nunca fuiste más hábil que ahora, nunca fuiste más bello que ahora.
 
El pasado ya no está, solo puedes aprender de él; el futuro no existe aún, todo a cerca de él son conjeturas, suposiciones. ¡El presente es lo que queda!
 
Así que por favor, cobra conciencia de tu vida. Hazte responsable de ella, asume el bienestar ajeno como tuyo y con total libertad dale al mundo todo lo que tienes para ofrecerle.
 
 
 
 
JulioOchoaMX